ENFERMEDAD ARTERIAL CORONARIA
La enfermedad arterial coronaria (EAC) se define
en función de los efectos
producidos por la acumulación de placas ateroscleróticas en las arterias
coronaria, lo que lleva a la reducción
del flujo sanguíneo hacia el
miocardio. Algunas personas no presentan signos o síntomas, otros experimentan
angina de pecho (dolor torácico) y otros sufren infarto de miocardio.
Las personas que poseen
varios factores de riesgo
combinados tienen mayor posibilidad de presentar EAC. Los factores de riesgo son el hábito de fumar,
la hipertensión arterial, la diabetes, los niveles sanguíneos de colesterol elevados, la
obesidad, el sedentarismo y los antecedentes familiares de EAC. La mayoría de
ellos pueden modificarse si se actúa
sobre la dieta y otros hábitos o pueden controlarse con fármacos. Sin embargo,
otros factores de riesgo no son modificables (es decir que están fuera de
nuestro control) e incluyen predisposición genética (historia familiar de EAC a
edades tempranas), la edad y el sexo. Por ejemplo los varones adultos son más
proclives que las mujeres a desarrollar EAC, luego de los 70 años el riesgo se iguala. El tabaquismo es,
sin duda el principal factor de riesgo
en todas las enfermedades asociadas con EAC y duplica el riesgo de
morbimortalidad.
En los últimos años se identificaron varios factores de
riesgo nuevos (todos modificables) como
importantes predictores de EAC. La proteína C reactiva (PCR) es una proteína producida por el hígado o que
está presente en la sangre como forma inactiva y se activa durante los procesos
inflamatorios. Esta proteína puede desempeñar un papel directo en la aparición
de aterosclerosis, ya que promueve la fagocitosis de las LDL por los
macrófagos. La apolipoproteína, es una partícula similar a la LDL que se une a
células endoteliales, macrófagos y plaquetas y que puede promover proliferación de células musculares lisas e
inhibir la degradación de los coágulos.
El fibrinógeno es una glucoporteína que
participa en la coagulación sanguínea y que ayuda a regular la proliferación celular, la vasoconstricción
y la agregación plaquetaria. La homocisteína es un aminoácido que puede inducir
daño arterial al favorecer la agregación plaquetaria y la proliferación de
células musculares lisas.
La aterosclerosis es una enfermedad progresiva caracterizada
por la formación de lesiones que se denominan placas ateroscleróticas en las
paredes de las arterias de mediano y
gran calibre.
Para comprender la formación de las placas ateroscleróticas,
es necesario conocer ciertas moléculas producidas por el hígado y el intestino delgado que se conocen como
lipoproteínas. Estas partículas
esféricas están formadas por un núcleo central de triglicéridos y otros
lípidos rodeado por una capa externa de proteínas, fosfolípidos y colesterol.
Las dos lipoproteínas principales son
las lipoproteínas de baja densidad o LDL y las lipoproteínas de alta densidad o HDL. Las LDL transportan colesterol desde el hígado a las
células del resto del cuerpo para que éstas lo utilicen en la reparación de las
membranas celulares y en la producción de hormonas esteroides y sales biliares.
Sin embargo, los niveles excesivos de LDL
promueven la aterosclerosis y, por eso, el colesterol contenido en estas
partículas se conoce como colesterol malo. Por otro lado, la HDL disminuyen el
nivel de colesterol en sangre, el colesterol contenido en estas partículas se
conoce como colestero bueno. En principio, lo que se desea es tener niveles bajos de LDL y altos de HDL.
En los últimos tiempos se descubrió que la inflamación, una
respuesta defensiva del organismo ante el tejido dañado, cumple un papel
fundamental en el desarrollo de placas ateroscleróticas. Como resultado de la
lesión, los vasos sanguíneos se dilatan e incrementan su permeabilidad. La
formación de placas comienza cuando grandes cantidades de LDL presentes en la
sangre se acumulan en la pared arterial y sufren oxidación. En respuesta, las
células endoteliales y las fibras musculares lisas de la arteria secretan
sustancias que atraen monocitos de la sangre que luego se convierten en macrófagos.
Estos ingieren las LDL oxidadas y se llenan de ellas, que cuando se observan
con el microscopio tienen una apariencia espumosa (células espumosas). En
combinación con las células T (linfocitos), las células espumosas forman estría
grasa, el comienzo de la placa aterosclerótica. Luego de la formación de esta
estría, las fibras del músculo liso de la arteria migran a la cima de la placa
y forman una capa sobre ésta que la aísla de la corriente sanguínea.
Como las placas ateroscleróticas se diseminan fuera del
torrente sanguíneo más que dentro de éste, la sangre puede fluir a través de la
arteria con relativa facilidad, por lo general durante décadas. La mayoría de
los infartos de miocardio ocurren cuando la capa que recubre la placa se rompe
en respuesta a sustancia químicas producidas por las células espumosas, lo que
provoca la formación del coágulo. Si el coágulo formado dentro de una arteria coronaria es suficientemente grande, puede disminuir en
forma significativa o detener el flujo de sangre y dar como resultado un
infarto de miocardio.
Las opciones terapéuticas para la EAC incluyen fármacos
(antihipertensivos, nitroglicerina, betabloqueantes, y agentes que disminuyan los niveles
colesterol y anticoagulantes) y diversos procedimientos, tanto quirúrgicos como
no quirúrgicos, destinados a incrementar el aporte de sangre al corazón.
ISQUEMIA E INFARTO DE MIOCARDIO
La obstrucción parcial del flujo sanguíneo en las
arterias
coronarias puede causar isquemia miocárdica, un trastorno que implica reducción del flujo sanguíneo miocárdico. Por lo general, la isquemia produce hipoxia (reducción del aporte de oxígeno), que puede debilitar las células sin matarlas. La angina de pecho, que de manera literal significa “opresión del pecho”, es un dolor intenso que suele acompañar a la isquemia miocárdica. Es típico que los pacientes lo describan como una sensación de opresión o restricción como si el tórax estuviese siento apretado. Con frecuencia, el dolor ocasionado por la angina de pecho se propaga al cuello, el mentón o desciende por el miembro superior izquierdo hasta el codo. La isquemia miocárdica silente, definida como episodios de isquemia sin dolor, es particularmente peligrosa, ya que la persona que la padece no tiene ningún síntoma que le haga sospechar un infarto de miocardio inminente.
coronarias puede causar isquemia miocárdica, un trastorno que implica reducción del flujo sanguíneo miocárdico. Por lo general, la isquemia produce hipoxia (reducción del aporte de oxígeno), que puede debilitar las células sin matarlas. La angina de pecho, que de manera literal significa “opresión del pecho”, es un dolor intenso que suele acompañar a la isquemia miocárdica. Es típico que los pacientes lo describan como una sensación de opresión o restricción como si el tórax estuviese siento apretado. Con frecuencia, el dolor ocasionado por la angina de pecho se propaga al cuello, el mentón o desciende por el miembro superior izquierdo hasta el codo. La isquemia miocárdica silente, definida como episodios de isquemia sin dolor, es particularmente peligrosa, ya que la persona que la padece no tiene ningún síntoma que le haga sospechar un infarto de miocardio inminente.
La obstrucción completa del flujo coronario puede derivar en
un infarto de miocardio, por lo general llamado ataque cardíaco. Infarto significa la muerte de un área de tejido como
consecuencia de la interrupción de irrigación. Debido a que el tejido cardíaco
distal a la obstrucción muere y es reemplazado por tejido cicatrizal no contráctil, el músculo cardíaco pierde
parte de su fuerza. Según el tamaño y la localización del área infartada (muerta), un infarto puede afectar el sistema de conducción cardíaco y causar muerte súbita al
desencadenar fibrilación ventricular. El
tratamiento del infarto de miocardio incluye la inyección de agentes
trombolíticos (que disuelven los
coágulos) como la estreptocinasa o el Tpa(activador del plaminógeno
tisular), más heparina ( un anticoagulante) o la realización de angioplastia
coronaria o de cirugía de revascularización miocárdica (by- pass coronario).
Por fortuna, en una persona en reposo el músculo cardíaco puede mantenerse vivo si recibe al menos el 10-15% de su aporte normal de sangre.
CARDIOPATÍAS CONGÉNITAS
Un defecto que existe ya en el momento del nacimiento (y por
lo general antes) es una anomalía congénita. Entre sus diversas variantes, las
que afectan el corazón son las siguientes:
-En el conducto arterioso persistente, el conducto arterioso
(un vaso sanguíneo temporal), que une la aorta con el tronco pulmonar y que en
condiciones normales se cierra después del nacimiento, persiste permeable. El
cierre del conducto del conducto deja un remanente denominado ligamento
arterioso.
-La comunicación interauricular (CIA) se debe al cierre
incompleto de tabique interauricular. El tipo más frecuente involucra el
foramen oval , que en condiciones normales se cierra luego del nacimiento.
-La comunicación interventricular (CIV) está causada por el
cierre incompleto del tabique que divide ambos ventrículos.
-La estenosis valvular es el estrechamiento de una de las
válvulas que atraviesa la sangre del corazón.
-La tetralogía de Fallot es una combinación de cuatro
anomalías cardíacas: comunicación interventricular, aorta que emerge desde los
dos ventrículos en lugar de hacerlo sólo del izquierdo, estenosis de la válvula
semilunar pulmonar y dilatación del ventrículo derecho.
En la actualidad, algunas cardiopatías congénitas pueden
corregirse mediante cirugía antes del nacimiento para evitar complicaciones en
el momento del parto y luego de éste.
ARRITMIAS
El ritmo habitual de los latidos cardíacos, determinado por
el nódulo SA, se denomina ritmo sinusal normal. El término arritmia o distrimia hace referencia a un ritmo anormal que resulta de un trastorno del sistema de conducción cardíaco. El corazón puede latir de forma irregular demasiado rápido o demasiado lento. Los síntomas son dolor torácico, disnea, mareos, vértigo y sincopé. Las arritmias pueden ser causadas por factores que estimulan al corazón como el estrés , la cafeína, el alcohol, la nicotina, la cocaína y algunos fármacos que contienen cafeína u otros estimulantes. También pueden ser producidas por ciertas cardiopatías congénitas, enfermedad arterial coronaria, infarto de miocardio, hipertensión arterial, valvulopatías, fiebre reumática con compromiso cardíaco, hipertiroidismo y disminución de los niveles plamáticos de potasio.
el nódulo SA, se denomina ritmo sinusal normal. El término arritmia o distrimia hace referencia a un ritmo anormal que resulta de un trastorno del sistema de conducción cardíaco. El corazón puede latir de forma irregular demasiado rápido o demasiado lento. Los síntomas son dolor torácico, disnea, mareos, vértigo y sincopé. Las arritmias pueden ser causadas por factores que estimulan al corazón como el estrés , la cafeína, el alcohol, la nicotina, la cocaína y algunos fármacos que contienen cafeína u otros estimulantes. También pueden ser producidas por ciertas cardiopatías congénitas, enfermedad arterial coronaria, infarto de miocardio, hipertensión arterial, valvulopatías, fiebre reumática con compromiso cardíaco, hipertiroidismo y disminución de los niveles plamáticos de potasio.
Los bloqueos cardíacos suelen ser arritmias graves. El bloqueo más frecuente ocurre en el nódulo auriculoventricular, que conduce los impulsos eléctricos desde las aurículas hacia los ventrículos. Este trastorno se denomina bloqueo auriculoventricular.
En el lateo auricular, el ritmo auricular oscila entre 240 y
360 latidos por minuto. Esta arritmia se acompaña siempre por bloqueo AV. La
fibrilación auricular es una contracción no coordinada del músculo auricular. Cuando el músculo fibrila,
las fibras auriculares laten en forma individual en lugar de contraerse todas
juntas, lo que anula la función de bomba de la aurícula. La fibrilación
ventricular (FV) se caracteriza por contracciones caóticas y sin coordinación
de las fibras musculares. La eyección ventricular cesa, lo que genera
insuficiencia circulatoria y la muerte.
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