viernes, 29 de noviembre de 2013

Valoración Primaria y Secundaria

Seguimos con las actuaciones ante una emergencia. En el post de hoy trataremos el como se ha de realizar la valoración primaria y secundaria de la víctima y también los pasos que hay que seguir para intentar averiguar cómo se ha producido el accidente.

Cuando nos encontramos con un accidentado, se ha de realizar una exploración inicial de la víctima.
Esta consiste en revisar un conjunto de parámetros que nos indican el estado de la víctima, y son: consciencia, temperatura, respiración, pulso, tensión arterial y relleno capilar. Estos parámetros se conocen como constantes vitales, y se deben de mantener siempre dentro de un rango de valores que se consideran normales. La ausencia o la alteración de constantes se considera una emergencia o urgencia médica.

Dado que mi compañera Andrea ya se está encargando de profundizar los temas sobre las constantes vitales, yo paso a hablar ya directamente de la valoración inicial y de la valoración secundaria.

La valoración primaria de la víctima tiene tres fases que son:

Valoración del nivel de consciencia
Comprobación de la ventilación
Búsqueda de hemorragias

Para valorar el estado de consciencia realizaremos estímulos verbales (¿Oiga? ¿Se encuentra bien? ¿Me escucha?) o dolorosos, como por ejemplo pequeños pellizcos en la zona clavicular, evitando siempre zarandear a la víctima.

Si el paciente responde a alguno de estos estímulos pasamos al punto C, búsqueda de hemorragias y nos ponemos en contacto con personal especializado.

Si el paciente no responde a ninguno de estos estímulos  tendremos que comprobar si ventila. Esto lo realizaremos mediante la maniobra frente-mentón, teniendo especial cuidado en pacientes afectados por traumatismos y lesiones a nivel superior de la clavícula, y si se considera una posible lesión cervical la comprobación de la ventilación se hará abriendo la vía aérea mediante tracción mandibular.

La búsqueda de hemorragias se realiza después de un resultado positivo en la exploración de las constantes vitales y de la ventilación. Se procede a buscar posibles heridas con abundante sangrado, actuando en consecuencia según la situación y continuando con la valoración secundaria.
En cualquier caso se sigue controlando de forma continuada la ventilación y las constantes.

La valoración secundaria es aquella que se lleva a cabo cuando se comprueba que la víctima no representa ninguna alteración que afecte ni a la ventilación ni a la circulación.


Al comprobar en la valoración primaria que la víctima respira y tiene pulso debemos:

1) Tratar de averiguar lo sucedido
2) Realizar una exploración neurológica o de nivel de consciencia
3) Comprobar el estado pupilar, las constantes vitales y el relleno capilar
4) Efectuar un examen de la cabeza a los pies con la finalidad de localizar lesiones

A. Acercamiento y búsqueda de información:

Siguiendo el protocolo esta fase consiste en intentar averiguar cómo se ha producido el accidente y si la víctima ha sido atendida con anterioridad. Entonces:

Nos colocaremos próximos a víctima, a su lado y de rodillas, de tal forma que ella nos vea, poniendo la mano sobre su cuerpo (ej en hombro) para transmitirle seguridad, calma y poder obtener información.

Le preguntaremos en primer lugar su nombre por dos razones, para la valoración en si y como acercamiento personal, porque de esta manera aumentamos considerablemente su confianza.
Tal y como sea posible; intentaremos obtener información acerca de sus antecedentes personales y su historial clínico, concretamente para saber si sufre algún tipo de alergia o está bajo tratamiento de algún tipo.
Le informaremos sobre qué es lo que vamos a hacer y le diremos que tenemos experiencia en estas circunstancias para seguir transmitiéndole confianza y tranquilidad.

OPUMA : Regla para la valoración de antecedentes válida solo en víctimas en estado consciente y en estado de alerta, o si no es el caso se hará por medio de familiares o acompañantes. Consiste en averiguar los aspectos siguientes:


O: Obtener información sobre qué ha ocurrido.
P: Antecedentes Personales.

U: Última ingesta de sólidos o líquidos (tipo y hora).
M: Medicación que toma de forma habitual.

A: Si padece Alergias.

B. Exploración neurológica:

Se hace para valorar el grado de consciencia y el estado neurológico del accidentado. Se aplica aquí la escala AVDN (incluye 4 grados):

A: Alerta, la víctima responde a todos los estímulos- consciente.

V: Responde a estímulos Verbales (llamar en voz alta)- inconsciente.
D: Responde a estímulos Dolorosos (no responde a la voz)- inconsciente.
N: No hay respuesta: ninguna reacción- inconsciente.

C. Comprobación de las pupilas:

Tener en cuenta los siguientes signos:

Tamaño: si están contraídas, hay miosis; si están dilatas, midriasis.

Reactividad: depende de si reaccionan a la luz (reactivas o arreactivas)

Simetría: cuando la dilatación de las pupilas es del mismo tamaño en los dos ojos se habla de isocoria, pero si tienen asimetría en cuanto a los distintos grados de dilatación unilateral, se trata de anisocoria.

D. Comprobación de la respiración:

En la valoración primaria ya habíamos comprobado que ventila, así en la secundaria pasaremos a valorar aspectos como:

Ritmo: regular o irregular.


Profundidad: superficial, profunda...

Frecuencia: según constantes vitales (12-16 resp/min).

E. Comprobación de pulso:

Comprobaremos el pulso a nivel central sobre la arteria carótidaPosteriormente se tomarán otros pulsos como el radial, pedal... pero con un objetivo distinto. Tendremos en cuenta aquí: Frecuencia, ritmo y amplitud.

F. Toma de temperatura

Colocaremos el dorso de nuestra mano sobre la frente para percibir cualquier diferencia apreciable y poder comprobar si hay hipotermia o hipertermia.
Para medir la temperatura con exactitud usaremos un termómetro clínico colocándolo sobre la zona más adecuada para la víctima.


G. Comprobación del relleno capilar

El relleno capilar es el tiempo que transcurre desde que los capilares son comprimidos (con aparición de palidez) hasta que recuperan el paso de sangre (con recuperación de la coloración normal).

Para comprobar el relleno capilar se presionan zonas como el lóbulo de la oreja, el lecho ungueal (uña) o la eminencia tenar. Como máximo, aparecerá la coloración normal a los dos segundos de haber presionado la zona; si se tarda más de dos segundos podrá haber indicio de shock, deshidratación o hipotermia.

H. Exploración del cuerpo de la víctima (de cabeza a pies).

Para ello tenemos que mover y descubrir zonas corporales de la víctima, observando su estado mediante:
Inspección: mediante la vista detectaremos hemorragias, deformidades anatómicas...
Palpación: palpando con las manos para apreciar fracturas óseas, pulsos...El orden de la exploración será desde la cabeza hasta los pies y será conveniente utilizar la posición de seguridad (PLS).

1)  Cabeza y cuello
- Palpación del cráneo: en busca de sangrado, hematomas, depresiones (indicio de fractura) y lesiones oculares.
- A nivel cervical habrá que tener cuidado en la movilización, por si hay lesiones que puedan afectar a la médula y vigilar la presencia de sangre en la boca, ojos, nariz u oídos.

2)  Tórax y abdomen
- Buscar indicios de traumatismos costales ( frecuencia)
- Posibles objetos incrustados.
- En el abdomen podemos encontrar rigidez.
- Palpar la zona lumbar y las caderas para encontrar zonas dolorosas o deformidades compatibles con una fractura pélvica.

3)  Miembros superiores e inferiores
Comprobar movimientos de flexión y extensión en el brazo y en las piernas. También la presión que puedan ejercer.
Según el tipo de accidente valoraremos posibles signos de lesiones medulares.




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