La entrada de hoy es una entrada que en realidad completa otras entradas que han hecho mis compis sobre el cáncer. Esta es mi pequeña aportación, en la que voy a hablaros de los cuidados que han de tener las personas que padecen cáncer en su vida diaria, así como del aspecto psicológico de la enfermedad.
El diagnóstico de cáncer cambia la vida de un día para otro, tanto a la persona que lo padece como a su gente cercana. Pero centrándonos en el enfermo, este se somete inmediatamente a una situación muy extresante ya que sabe que está en juego su vida. Tras la detección vendrán innumerables exámenes médicos y pruebas, el temido diagnóstico, las intervenciones quirúrgicas, los tratamientos... que supondrán un duro golpe para el enfermo. Es por todo lo anterior por lo que tnto los enfermos oncológicos como sus familiares necesitan apoyo y ayuda psicológica en menor o mayor medida.
El primer gran impacto se produce cuando se le informa al paciente de lo que padece. Al principio las reacciones comunes son miedo e incredulidad, para dejar paso a las depresiones y a un estado de ansiedad constante. Más tarde el enfermo comienza a ser consciente de la propia enfermedad y empieza a pensar en otras cuestiones como qué pasará cuando no esté o si irá a para a algún otro sitio después de la muerte. Aparecen entonces la angustia y los sentimientos de culpa, en en algunos casos se desarrolla la rabia cuando piensan que por qué les ha tocado a ellos.
El paciente oncológico por lo general va a pasar por una serie de fases que siguen el modelo de Kübler-Ross:
- Negación: Los pacientes niegan la enfermedad y el diagnóstico, no creen que les esté pasando. Otra forma de negar la enfermedad es creer que ya se está curado tras recibir los primeros tratamientos. Al final de esta primera fase el enfermo acepta su estado.
- Negociación: Tras aceptar su estado, el paciente trata de cambiarlo, frecuentemente a través de un acuerdo con Dios (especialmente en el caso de los creyentes). Promete cambiar o hacer mejor ciertas cosas a cambio de recuperarse.
- Depresión: Los enfermos entran en esta etapa cuando la enfermedad va siguiendo su curso y se dan cuenta de que la negociación no está funcionando. Es entonces cuando empiezan a pensar en todo aquello que no van a poder hacer en el futuro (o creen que no podrán hacer).
- Rabia: En algunos pacientes aparece esta fase tras la negación en lugar de la de depresión. El enfermo se da cuenta de que su estado es serio y le echa la culpa a ciertas personas o incluso a entidades como Dios.
- Aceptación: Una vez que la persona acepta la enfermedad, la depresión queda a un lado e incluso puede aparecer la calma y la tranquilidad, sientiéndose el enfermo psicológicamente mejor. En esta etapa las personas más cercanas juegan un papel muy importante. El enfermo se concilia consigo mismo, con sus seres queridos y resuelve sus asuntos.
En nuestro país, más de 200.000 personas reciben este diagnóstico cada año. Uno de cada tres hombre y una de cada cuatro mujeres pasarán por la experiencia en algún momento de su vida. Y, según la AECC, el 35% de los afectados y sus familiares sufren alteraciones emocionales y psicológicas, elevándose dicha cifra en caso de ingreso hospitalario y en tratamientos de quimioterapia.
El objetivo fundamental de la ayuda psicológica es mejorar la calidad de vida del paciente en una situación tan sumamente difícil para el. Algunas de las intervenciones que se levan a cabo son las siguientes:
- Resolver alteraciones sufridas por el paciente desde que recibe el diagnóstico hasta que vuelve a la normalidad.
- Controlar la ansiedad, el estrés y afrontar la situación.
- Animarles a que se comuniquen con el entorno.
Un golpe muy difícil suelen ser los efectos que los tratamientos van dejando en estos pacientes, y es fundamental que se les informe antes de recibirlos para poder sobrellevarlos mejor. La mejoría de ánimo supone un gran logro para la continuación del tratamiento, ya que una persona motivada y más positiva puede llevar mejor la enfermedad y tener una mejor calidad de vida.
Los efectos secundarios que provoca la quimioterapia dependen de una serie de factores, entre los que destacan el tipo de tratamiento y la dosis. Cada fármaco puede provocar efectos secundarios totalmente distintos con respecto a otros medicamentos, y en cada paciente en particular. Además, estos efectos son más o menos intensos, dependiendo de la dosis administrada, intervalo entre los ciclos, etc.
Aunque la mayor parte de los enfermos puede seguir realizando sus actividades cotidianas durante el tratamiento, es difícil conocer a priori lo que sucederá en cada caso. Los posibles cambios en la vida no son agradables, pero pueden soportarse y sobrellevarse mejor ajustando el comportamiento y forma de pensar. El miedo, la ansiedad y la depresión son frecuentes entre los pacientes que reciben quimioterapia, y por ello es importante que el paciente recuerde que no está sólo y que otras personas tienen los mismos sentimientos y problemas.
El personal sanitario informará a cada paciente sobre los efectos secundarios del tratamiento y le aconsejará sobre las recomendaciones a seguir. Durante el tratamiento, es muy aconsejable que el enfermo pregunte todas sus dudas, algo que le puede ayudar emocionalmente. Del mismo modo, no debe dudar en pedir ayuda si la necesita mientras dure el tratamiento, hablando con el médico, la enfermera, el trabajador social o el psicólogo.
Es conveniente considerar la posibilidad de disminuir el ritmo de trabajo y descansar durante los días posteriores a la administración del tratamiento.
Teneis mucha más información sobre el cancer el la página de la AECC (Asociación Española contra el Cáncer).
Para finalizar os dejo un pequeño vídeo sobre unos pacientes con cáncer. Pero la verdad esque no es un vídeo cualquiera. En este, la Mimi Foundation (asociación que lucha para mejorar la vida de los enfermos) y el fotógrafo Leo Brunet France, de un modo altruísta y gratuíto, se unen para conseguir que, aunque sea solo por un segundo los pacientes elegidos se olviden de sus preocupaciones.
¿Queréis ver si lo han conseguido?
¡Hasta la próxima! ¡Un beso!
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