El parto es la causa más frecuente de ingreso hospitalario, aunque también se producen el medio extrahospitalario, sobre todo en los últimos tiempos (debido, posiblemente, al incremento de población con escasos recursos sociosanitarios). En ocasiones, se acompaña de un menor seguimiento médico u obstétrico (control prenatal) durante la gestación y puede derivar en partos de urgencia. Los tipos de parto pueden ser:
- Según la vía:
- Cesárea ( abdomen)
- Según el inicio:
- Inducido ( con medicación)
- Según la edad gestacional:
- A término( entre las 37 y las 42 semanas de gestación)
- Postérmino( después de 42 semanas de gestación)
Fases del parto
1. Dilatación:
- El cuello del útero se dilata (hasta los 10 cm, aproximadamente)
- Comienzan las contracciones uterinas (al principio cada 15/ 20 minutos, con una duración de 10 segundos).
- Progresivamente aumenta la frecuencia y la intensidad hasta llegar a intervalos de 1 minuto y una duración de 30 segundos.
- Se expulsa el tapón mucoso y se rompe la bolsa de aguas ( es el saco amniótico, que contiene el líquido amniótico)
2. Expulsión:
- La presión de las contracciones, junto con las contracciones involuntarias de los músculos abdominales, impulsan al feto hacia al canal de parto (conducto de salida del feto, formado por el útero, el cuello uterino y la vagina).
- Como consecuencia, la cabeza asoma por la hendidura vulvar y la nuca se sitúa debajo de la pelvis.
- Primero aparece la frente y después la cara. A continuación salen los hombros y el resto del cuerpo.
- Alumbramiento
- Consiste en expulsar la placenta ( órgano de la nutrición y respiración en el feto), transcurridos entre 10 y 30 minutos tras la expulsión del feto.
- También se contrae el útero, deteniendo la hemorragia originada por el desprendimiento vaginal.
3. Alumbramiento:
Durante esta fase inicial, los pasos que debemos seguir son:
Colocar a la mujer tumbada en decúbito supino o sobre su lado izquierdo (porque permite una buena articulación arterial fetal y un buen retorno venoso de las extremidades inferiores de la madre)
Ponerle bajo los glúteos una toalla o sábana limpia.
Valorar las contracciones, utilizando un reloj y palpando el abdomen, para recoger su frecuencia, duración y ritmo.
Animarla a que respire con la boca abierta, despacio y sin empujar (sobre todo si se quiere ganar tiempo para que llegue ayuda especializada). Durante las contracciones, las respiraciones deben ser rápidas y superficiales.
Dejar que el proceso transcurra de forma natural (no tirando del niño, ni apretando el abdomen, etc.).
Desinfectar o limpiar la zona perineal, tratando de mantener en la medida posible las normas de asepsia y protección (lavarse las manos con agua y jabón, desinfectar, esterilizar el material, usar guantes, etc.).
→ IMPORTANTE: la respiración en esta fase de dilatación debe ser rápida y superficial, concentrada en la parte superior del tórax, durante cada contracción. Al terminar esta, debe ser profunda y relajada, preferentemente abdominal.
Tener en cuenta que no es necesario rasurar la zona perineal, ya que según la OMS no está demostrado que con este procedimiento se reduzca el número de infecciones. Aunque tenga deseos o sensación de defecar, la parturienta no debe acudir al baño.
B. FASE DE EXPULSIÓN
Durante esta fase, hemos de respetar las siguientes pautas:
- La posición más adecuada es decúbito supino o semisentada, con los muslos separados y las rodillas flexionadas sobre el abdomen, para favorecer los pujos.
- Retirar cualquier prenda que pueda estorbar y cubrir con una sabanilla u otra prenda, si la mujer lo desea.
- Explicarle a la mujer que deberá colaborar en cada contracción, para lo que inspirará profundamente a la vez que hará fuerza con el abdomen, sin soltar el aire, para favorecer la progresión del niño a través del canal del parto.
- Preparar una compresa o paño para evitar que se nos resbale el niño en la salida del canal del parto.
- Cuando se produce la coronación (la cabeza del bebé está en la vagina), se debe animar a la mujer a empujar con cada contracción.
- Cuando comienza a asomar la cabeza, debemos proteger el periné con una mano colocada bajo la vagina, en las nalgas, para evitar desgarros.
- Si la cara del bebé sale con una membrana que la cubre, o con secreciones bucales o nasales, se limpiarán con un dedo cubierto con una tela limpia.
- Una vez expulsada la cabeza, hay que asegurarse de que el cordón umbilical no estrangula el cuello, para lo que deberá liberarse con cuidado, si fuera así.
- Cuando salen los hombros (después de girarse la cabeza espontáneamente hacia un muslo de la madre), debe sostenerse con cuidado, preparándose para coger el cuerpo (sobre la compresa preparada con anterioridad), ya que es muy escurridizo.
- Finalmente, una vez el niño está fuera, lo envolveremos con una toalla o manta para evitar que pierda calor y lo colocaremos de lado, sobre el estómago de la madre, o entre sus muslos, con la cabeza ligeramente más baja, para favorecer la salida de secreciones o sangre.
- Limpiaremos su boca y nariz y observaremos si comienza a llorar (inicio de la respiración pulmonar). Si no lo hiciese, habría que iniciar las técnicas de RCP.
C. FASE SE ALUMBRAMIENTO
En esta fase los acontecimientos serán:
- La placenta y el cordón se desprenderán entre 10 y 30 minutos después del nacimiento, precedidos por contracciones suaves.
- No es urgente cortar el cordón umbilical. Puede hacerse una vez que haya dejado de latir, o transportar al niño junto con la placenta, con el cordón ligado pero sin cortar, para que lo hagan los servicios asistenciales.
- Recoger la placenta en una toalla o bolsa, para su traslado y su revisión posterior.
- Mantener abrigada a la madre.
- Debe observarse si el sangrado vaginal posterior a la expulsión de la placenta es normal o muy abundante, por si fuera una hemorragia uterina.
- Facilitar agua caliente y una toalla a la mujer, para que pueda limpiarse, y ayudarle si lo desea. Podemos colocarle una compresa o una toalla entre las piernas y ayudarle a cruzarlas a la altura de las rodillas.
- Valorar el estado de la madre y del recién nacido (pulso, posibles hemorragias, etc.).
- Finalmente la madre puede colocar ya al niño en su pecho (lo que, además, reducirá el posible sangrado).
- Según su desarrollo
- Distócico( exige manobras especiales para su resolución)
Fases del parto
1. Dilatación:
- El cuello del útero se dilata (hasta los 10 cm, aproximadamente)
- Comienzan las contracciones uterinas (al principio cada 15/ 20 minutos, con una duración de 10 segundos).
- Progresivamente aumenta la frecuencia y la intensidad hasta llegar a intervalos de 1 minuto y una duración de 30 segundos.
- Se expulsa el tapón mucoso y se rompe la bolsa de aguas ( es el saco amniótico, que contiene el líquido amniótico)
2. Expulsión:
- La presión de las contracciones, junto con las contracciones involuntarias de los músculos abdominales, impulsan al feto hacia al canal de parto (conducto de salida del feto, formado por el útero, el cuello uterino y la vagina).
- Como consecuencia, la cabeza asoma por la hendidura vulvar y la nuca se sitúa debajo de la pelvis.
- Primero aparece la frente y después la cara. A continuación salen los hombros y el resto del cuerpo.
- Alumbramiento
- Consiste en expulsar la placenta ( órgano de la nutrición y respiración en el feto), transcurridos entre 10 y 30 minutos tras la expulsión del feto.
- También se contrae el útero, deteniendo la hemorragia originada por el desprendimiento vaginal.
3. Alumbramiento:
- Consiste en expulsar la placenta ( órgano de la nutrición y respiración en el feto), transcurridos entre 10 y 30 minutos tras la expulsión del feto.
- También se contrae el útero, deteniendo la hemorragia originada por el desprendimiento vaginal.
- También se contrae el útero, deteniendo la hemorragia originada por el desprendimiento vaginal.
Protocolo de actuación:
Ante un parto de urgencia, debemos tratar de tranquilizar a la mujer durante todo el proceso. Inicialmente tenemos que realizar una valoración de la situación:
- Distancia geográfica a un centro asistencial adecuado y posibilidad de transporte.
- Lugar en el que habría que atender el parto.
- Estado de la mujer, en cuanto a situación física y psicoemocional, valorando si está ansiosa, tranquila, asustada, con pánico, si puede colaborar, etc.
- Material disponible ( gasas, compresas, guantes, pinzas de cordón umbilical, tijeras y material de curas).
- Fase del parto en ese momento ( si hay contracciones, o el feto está “coronado” o está naciendo)
Ante un parto de urgencia, debemos tratar de tranquilizar a la mujer durante todo el proceso. Inicialmente tenemos que realizar una valoración de la situación:
- Distancia geográfica a un centro asistencial adecuado y posibilidad de transporte.
- Lugar en el que habría que atender el parto.
- Estado de la mujer, en cuanto a situación física y psicoemocional, valorando si está ansiosa, tranquila, asustada, con pánico, si puede colaborar, etc.
- Material disponible ( gasas, compresas, guantes, pinzas de cordón umbilical, tijeras y material de curas).
- Fase del parto en ese momento ( si hay contracciones, o el feto está “coronado” o está naciendo)
Una vez realizada dicha valoración, se seguirá el siguiente protocolo de actuación:
- Llamar al 112 solicitando ayuda e informando de los datos de la situación ( nombre y pellidos de la parturienta; edad, antecedentes obstétricos, seguimiento prenatal, exploración física; auscultación fetal; etc.) o ,incluso, contactar con personal cualificado, si es posible.
- Evitar que se aglomeren personas que pudieran entorpecer la situación ( sin excluir de la escena a quien la mujer desee que esté)
-Proporcionar a la parturienta la mayor comodidad posible en el espacio físico en el que esté (tratando de que esté limpio, protegido y luminoso).
Pródromos ( signos iniciales): aumento de flujo vaginal; sensación de “ aligeramiento” ( por descenso de la cabeza fetal”), endurecimiento del vientre (por inicio de las contracciones uterinas); expulsión del tapón mucoso, sensación de que el niño está descendiendo.
Signos de ingreso hospitalario: contracciones uterinas (cada 5 minutos/ hora en primíparas, y cada 10 minutos/ hora en multíparas; rotura de la bolsa de aguas, con salida del líquido amniótico al exterior de forma abundante o de golpe.
Signos de traslado hospitalario urgente: sangrado vaginal, líquido teñido ( color amarillo, marrón o verdoso), distocias o alteraciones obstétricas diagnosticadas: parto de nalgas o transverso, prolapso de cordón, placenta precia o desprendimiento previo de placenta, etc.
A. FASE DE DILATACIÓN
- Llamar al 112 solicitando ayuda e informando de los datos de la situación ( nombre y pellidos de la parturienta; edad, antecedentes obstétricos, seguimiento prenatal, exploración física; auscultación fetal; etc.) o ,incluso, contactar con personal cualificado, si es posible.
- Evitar que se aglomeren personas que pudieran entorpecer la situación ( sin excluir de la escena a quien la mujer desee que esté)
-Proporcionar a la parturienta la mayor comodidad posible en el espacio físico en el que esté (tratando de que esté limpio, protegido y luminoso).
- Signos y síntomas
Pródromos ( signos iniciales): aumento de flujo vaginal; sensación de “ aligeramiento” ( por descenso de la cabeza fetal”), endurecimiento del vientre (por inicio de las contracciones uterinas); expulsión del tapón mucoso, sensación de que el niño está descendiendo.
Signos de ingreso hospitalario: contracciones uterinas (cada 5 minutos/ hora en primíparas, y cada 10 minutos/ hora en multíparas; rotura de la bolsa de aguas, con salida del líquido amniótico al exterior de forma abundante o de golpe.
Signos de traslado hospitalario urgente: sangrado vaginal, líquido teñido ( color amarillo, marrón o verdoso), distocias o alteraciones obstétricas diagnosticadas: parto de nalgas o transverso, prolapso de cordón, placenta precia o desprendimiento previo de placenta, etc.
A. FASE DE DILATACIÓN
Durante esta fase inicial, los pasos que debemos seguir son:
Colocar a la mujer tumbada en decúbito supino o sobre su lado izquierdo (porque permite una buena articulación arterial fetal y un buen retorno venoso de las extremidades inferiores de la madre)
Ponerle bajo los glúteos una toalla o sábana limpia.
Valorar las contracciones, utilizando un reloj y palpando el abdomen, para recoger su frecuencia, duración y ritmo.
Animarla a que respire con la boca abierta, despacio y sin empujar (sobre todo si se quiere ganar tiempo para que llegue ayuda especializada). Durante las contracciones, las respiraciones deben ser rápidas y superficiales.
Dejar que el proceso transcurra de forma natural (no tirando del niño, ni apretando el abdomen, etc.).
Desinfectar o limpiar la zona perineal, tratando de mantener en la medida posible las normas de asepsia y protección (lavarse las manos con agua y jabón, desinfectar, esterilizar el material, usar guantes, etc.).
→ IMPORTANTE: la respiración en esta fase de dilatación debe ser rápida y superficial, concentrada en la parte superior del tórax, durante cada contracción. Al terminar esta, debe ser profunda y relajada, preferentemente abdominal.
Tener en cuenta que no es necesario rasurar la zona perineal, ya que según la OMS no está demostrado que con este procedimiento se reduzca el número de infecciones. Aunque tenga deseos o sensación de defecar, la parturienta no debe acudir al baño.
B. FASE DE EXPULSIÓN
Durante esta fase, hemos de respetar las siguientes pautas:
- La posición más adecuada es decúbito supino o semisentada, con los muslos separados y las rodillas flexionadas sobre el abdomen, para favorecer los pujos.
- Retirar cualquier prenda que pueda estorbar y cubrir con una sabanilla u otra prenda, si la mujer lo desea.
- Explicarle a la mujer que deberá colaborar en cada contracción, para lo que inspirará profundamente a la vez que hará fuerza con el abdomen, sin soltar el aire, para favorecer la progresión del niño a través del canal del parto.
- Preparar una compresa o paño para evitar que se nos resbale el niño en la salida del canal del parto.
- Cuando se produce la coronación (la cabeza del bebé está en la vagina), se debe animar a la mujer a empujar con cada contracción.
- Cuando comienza a asomar la cabeza, debemos proteger el periné con una mano colocada bajo la vagina, en las nalgas, para evitar desgarros.
- Si la cara del bebé sale con una membrana que la cubre, o con secreciones bucales o nasales, se limpiarán con un dedo cubierto con una tela limpia.
- Una vez expulsada la cabeza, hay que asegurarse de que el cordón umbilical no estrangula el cuello, para lo que deberá liberarse con cuidado, si fuera así.
- Cuando salen los hombros (después de girarse la cabeza espontáneamente hacia un muslo de la madre), debe sostenerse con cuidado, preparándose para coger el cuerpo (sobre la compresa preparada con anterioridad), ya que es muy escurridizo.
- Finalmente, una vez el niño está fuera, lo envolveremos con una toalla o manta para evitar que pierda calor y lo colocaremos de lado, sobre el estómago de la madre, o entre sus muslos, con la cabeza ligeramente más baja, para favorecer la salida de secreciones o sangre.
- Limpiaremos su boca y nariz y observaremos si comienza a llorar (inicio de la respiración pulmonar). Si no lo hiciese, habría que iniciar las técnicas de RCP.
C. FASE SE ALUMBRAMIENTO
En esta fase los acontecimientos serán:
- La placenta y el cordón se desprenderán entre 10 y 30 minutos después del nacimiento, precedidos por contracciones suaves.
- No es urgente cortar el cordón umbilical. Puede hacerse una vez que haya dejado de latir, o transportar al niño junto con la placenta, con el cordón ligado pero sin cortar, para que lo hagan los servicios asistenciales.
- Recoger la placenta en una toalla o bolsa, para su traslado y su revisión posterior.
- Mantener abrigada a la madre.
- Debe observarse si el sangrado vaginal posterior a la expulsión de la placenta es normal o muy abundante, por si fuera una hemorragia uterina.
- Facilitar agua caliente y una toalla a la mujer, para que pueda limpiarse, y ayudarle si lo desea. Podemos colocarle una compresa o una toalla entre las piernas y ayudarle a cruzarlas a la altura de las rodillas.
- Valorar el estado de la madre y del recién nacido (pulso, posibles hemorragias, etc.).
- Finalmente la madre puede colocar ya al niño en su pecho (lo que, además, reducirá el posible sangrado).
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