Seguimos con las actuaciones ante una emergencia. En el post
de hoy trataremos el como se ha de realizar la valoración primaria y secundaria
de la víctima y también los pasos que hay que seguir para intentar averiguar
cómo se ha producido el accidente.
Cuando nos encontramos con un accidentado, se ha de realizar
una exploración inicial de la víctima.
Esta consiste en revisar un conjunto de parámetros que nos
indican el estado de la víctima, y son: consciencia, temperatura, respiración,
pulso, tensión arterial y relleno capilar. Estos parámetros se conocen como
constantes vitales, y se deben de mantener siempre dentro de un rango de
valores que se consideran normales. La ausencia o la alteración de constantes
se considera una emergencia o urgencia médica.
Dado que mi compañera Andrea ya se está encargando de
profundizar los temas sobre las constantes vitales, yo paso a hablar ya
directamente de la valoración inicial y de la valoración secundaria.
La valoración primaria de la víctima tiene tres fases
que son:
Valoración del nivel de consciencia
Comprobación de la ventilación
Búsqueda de hemorragias
Para valorar el estado de consciencia realizaremos estímulos
verbales (¿Oiga? ¿Se encuentra bien? ¿Me escucha?) o dolorosos, como por
ejemplo pequeños pellizcos en la zona clavicular, evitando siempre zarandear a
la víctima.
Si el paciente responde a alguno de estos estímulos pasamos
al punto C, búsqueda de hemorragias y nos ponemos en contacto con personal
especializado.
Si el paciente no responde a ninguno de estos estímulos tendremos que comprobar si ventila. Esto lo
realizaremos mediante la maniobra frente-mentón, teniendo especial cuidado en
pacientes afectados por traumatismos y lesiones a nivel superior de la
clavícula, y si se considera una posible lesión cervical la comprobación de la
ventilación se hará abriendo la vía aérea mediante tracción mandibular.
La búsqueda de hemorragias se realiza después de un
resultado positivo en la exploración de las constantes vitales y de la
ventilación. Se procede a buscar posibles heridas con abundante sangrado,
actuando en consecuencia según la situación y continuando con la valoración
secundaria.
En cualquier caso se sigue controlando de forma continuada
la ventilación y las constantes.
La valoración secundaria es aquella que se lleva a cabo
cuando se comprueba que la víctima no representa ninguna alteración que afecte
ni a la ventilación ni a la circulación.
Al comprobar en la valoración primaria que la víctima
respira y tiene pulso debemos:
1) Tratar de averiguar lo sucedido
2) Realizar una exploración neurológica o de nivel de
consciencia
3) Comprobar el estado pupilar, las constantes vitales y el
relleno capilar
4) Efectuar un examen de la cabeza a los pies con la finalidad
de localizar lesiones
A.
Acercamiento y búsqueda de información:
Siguiendo el
protocolo esta fase consiste en intentar averiguar cómo se ha producido el accidente y si la víctima ha sido atendida
con anterioridad. Entonces:
Nos colocaremos
próximos a víctima, a su lado y
de rodillas, de tal forma que ella nos vea, poniendo la mano sobre su cuerpo
(ej en hombro) para transmitirle seguridad, calma y poder obtener información.
Le
preguntaremos en primer lugar su nombre por dos razones, para la valoración en
si y como acercamiento personal,
porque de esta manera aumentamos considerablemente su confianza.
Tal y como sea
posible; intentaremos obtener información acerca de sus antecedentes personales y su historial clínico, concretamente para saber si sufre algún tipo de
alergia o está bajo tratamiento de algún tipo.
Le informaremos sobre qué es lo que vamos
a hacer y le diremos que tenemos experiencia en estas circunstancias para
seguir transmitiéndole confianza y tranquilidad.
OPUMA : Regla para la valoración de
antecedentes válida solo en víctimas en estado consciente y en estado de
alerta, o si no es el caso se hará por medio de familiares o acompañantes.
Consiste en averiguar los aspectos siguientes:
O: Obtener
información sobre qué ha ocurrido.
P: Antecedentes Personales.
U: Última ingesta de
sólidos o líquidos (tipo y hora).
M: Medicación que
toma de forma habitual.
A: Si padece Alergias.
B.
Exploración neurológica:
Se hace para
valorar el grado de consciencia y el estado neurológico del accidentado. Se
aplica aquí la escala AVDN (incluye
4 grados):
A: Alerta, la víctima responde a todos
los estímulos- consciente.
V: Responde a
estímulos Verbales (llamar en
voz alta)- inconsciente.
D: Responde a
estímulos Dolorosos (no responde
a la voz)- inconsciente.
N: No hay respuesta:
ninguna reacción- inconsciente.
C.
Comprobación de las pupilas:
Tener en cuenta
los siguientes signos:
Tamaño: si están
contraídas, hay miosis; si están
dilatas, midriasis.
Reactividad: depende
de si reaccionan a la luz (reactivas o arreactivas)
Simetría: cuando la dilatación de las pupilas es
del mismo tamaño en los dos ojos se habla de isocoria, pero si tienen asimetría en cuanto a los distintos
grados de dilatación unilateral, se trata de anisocoria.
D.
Comprobación de la respiración:
En la
valoración primaria ya habíamos comprobado que ventila, así en la secundaria
pasaremos a valorar aspectos como:
Ritmo: regular o
irregular.
Profundidad: superficial,
profunda...
Frecuencia: según
constantes vitales (12-16 resp/min).
E.
Comprobación de pulso:
Comprobaremos el
pulso a nivel central sobre la arteria
carótida. Posteriormente se tomarán otros pulsos como el radial,
pedal... pero con un objetivo distinto. Tendremos en cuenta aquí: Frecuencia, ritmo y amplitud.
F. Toma de
temperatura
Colocaremos el
dorso de nuestra mano sobre la frente para percibir cualquier diferencia
apreciable y poder comprobar si hay hipotermia o hipertermia.
Para medir la
temperatura con exactitud usaremos un termómetro clínico colocándolo sobre la
zona más adecuada para la víctima.
G.
Comprobación del relleno capilar
El relleno
capilar es el tiempo que transcurre desde que los capilares son comprimidos
(con aparición de palidez) hasta que recuperan el paso de sangre (con
recuperación de la coloración normal).
Para comprobar
el relleno capilar se presionan zonas como el lóbulo de la oreja, el lecho
ungueal (uña) o la eminencia tenar. Como máximo, aparecerá la coloración normal
a los dos segundos de haber presionado la zona; si se tarda más de dos segundos
podrá haber indicio de shock, deshidratación o hipotermia.
H.
Exploración del cuerpo de la víctima (de cabeza a pies).
Para ello
tenemos que mover y descubrir zonas corporales de la víctima, observando su
estado mediante:
Inspección:
mediante la vista detectaremos hemorragias, deformidades anatómicas...
Palpación:
palpando con las manos para apreciar fracturas óseas, pulsos...El orden de la
exploración será desde la cabeza hasta los pies y será conveniente utilizar la
posición de seguridad (PLS).
1) Cabeza y cuello
- Palpación del
cráneo: en busca de sangrado, hematomas, depresiones
(indicio de fractura) y lesiones oculares.
- A nivel
cervical habrá que tener cuidado en la movilización, por si hay lesiones que
puedan afectar a la médula y vigilar la presencia de sangre en la boca, ojos,
nariz u oídos.
2) Tórax y abdomen
- Buscar indicios
de traumatismos costales (↑ frecuencia)
- Posibles
objetos incrustados.
- En el abdomen
podemos encontrar rigidez.
- Palpar la zona
lumbar y las caderas para encontrar zonas dolorosas o deformidades compatibles
con una fractura pélvica.
3) Miembros superiores e inferiores
Comprobar
movimientos de flexión y extensión en el brazo y en las
piernas. También la presión que puedan ejercer.
Según el tipo
de accidente valoraremos posibles signos de lesiones medulares.
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